Endo significa «dentro «y odonto significa «diente» en latín y griego. Cuando hay inflación irreversible y/o infección en el tejido pulgar del diente, el endodoncista es capaz de eliminar ese tejido, desinfectar y sellar ese espacio.
La pulpa es necesaria e importante durante el crecimiento y la formación del diente, pero un diente ya formado puede sobrevivir sin la pulpa dentaría porque los tejidos adyacentes le siguen nutriendo.
La razón principal es el origen bacteriano, bien con acceso vía caries, endógeno por el tejido pulpar, por una fisura, fractura, incluso un trauma repetido sin fisura puede provocar una inflamación de forma irreversible. Muchas veces el diente se va infectando sin que el paciente tenga síntomas, pero la infección no desaparecerá hasta que no se realice la endodoncia.
Los endodoncistas son especialistas altamente cualificados. Con su entrenamiento, estudios, técnica y tecnología disponible hoy, tenemos una tasa de éxito del 97 por ciento en 15 años.
La endodoncia se puede realizar en muchos casos en una sola sesión, y es indolora. Esto ha sido posible gracias al avance tecnológico y el uso de localizados de ápice, instrumental rotatorio exclusivo de endodoncia, selladores con termosellado para relleno en 3D, aparatos ultrasónicos, sonidos, microscopios y técnicas de radiodiagnósticos avanzadas en 3D tipo CBCT. Gracias a esta tecnología también podemos hacer retratamientos de endodoncias antiguas que estén dando algún tipo de problema.
Cuando se afecta la pulpa dental, la única alternativa es la extracción del diente y después con cirugía o afectando los dientes adyacentes mediante un tallado colocar un implante o un puente.
Aunque estos métodos son también muy eficaces, son más costosos, arriesgados, y requieren más mantenimiento que tu diente natural.
Está en estudio la regeneración de la pulpa en dientes jóvenes, pero aún no hay tasas de éxito que pueden permitir usar ese tratamiento de forma rutinaria en la consulta.